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@bacchuxx

Óleo sobre cartón e intervención digital

Dimensiones variables

Madrid, España

2020

Dionisio o Baco, deidad grecolatina ligada al vino y a la fertilidad pero también vinculada a la locura.

         Me produce interés pensar como en un contexto politeísta en el que los fenómenos naturales y los eventos vitales ligados a la fertilidad, la crianza, etc. son regidos por diferentes deidades.
Baco representa la desinhibición del cuerpo y la lujuria carnal, el instinto y la impulsividad, la intuición, lo primitivo y la conexión con la naturaleza a través de los sentidos y en definitiva la vivencia corporal, experiencias cada vez más difuminadas en nuestros contextos urbanos, reemplazadas por la estimulación visual y ótica.

A través de los relatos clásicos y sus retratos, la deidad ha sido representada a lo largo de los siglos por artistas visuales de la pintura clásica, barroca y renacentista, como un hombre en diferentes estados de madurez, blanco y alto con una media melena morena, rizada, que lleva suelta y es presentada habitualmente con hojas de vid coronándola;
Desnudo y cubierto ligeramente por telas que abrazan sus hombros o cintura, o una toga blanca en los casos de Caravaggio deja ver en la mayoría de sus retratos su pene reforzando cánones cis-normativos.



Otros elementos comunes en sus representaciones son:
la presencia de hojas de vid, racimos de uvas y cálices llenos de vino —de los que bebe aunque sea un bebé—, la presencia del tirso —
un bastón forrado de vid o hiedra, rematado con una piña en su punta superior, a modo de símbolo fálico y de su fuerza vital— y por último protagonizar las famosas bacanales, ritos orgiásticos en los que ménades, sátiros y centauros participan. 

 

Sin profundizar en la fiabilidad de estos relatos populares, pues estos tienen lecturas más complejas, podríamos entender el poder de Baco como la ruptura o subversión de las lógicas normativas establecidas, aquí expresado a través de los estados alterados de conciencia proporcionados por el consumo de estupefacientes en una necesidad aparentemente genuina de escapar de la realidad por un tiempo limitado y animar al espíritu, intenciones que desde las lógicas actuales de socialización y la vorágine de consumo a la que se nos incita resultan vigentes en la contemporaneidad.

Con la transición entre los siglos XX y XXI, se produce un cambio de paradigma de la imagen materia  a la imagen digital o e-image causando una paulatina aceleración de los medios de producción con el desarrollo de nuevas tecnologías digitales, procesos y técnicas enmarcadas en un contexto histórico ocular-centrista posicionándose la imagen como el principal medio de transmisión de información que manejamos en la actualidad fundamentalmente por el uso popular de redes sociales como Instagram, Facebook, Snapchat, BeReal, Twitter, WhatsApp, Tinder o Grindr entre otras en las cuales la imagen cumplen con un papel fundamental y ayudan a construir relatos concretos alrededor de las personas que o bien encarnan estas imágenes o bien las publicitan.


De esta manera, me parece interesante el tratamiento de las imágenes en Instagram pues en esta ha quedado reflejada la evolución de la estética física desde la década de 2010 hasta la actualidad de modo que, durante aproximadamente el último lustro vemos patente una influencia directa del canon importado por el arte griego, en este caso elevándose a buscar un cuerpo hipermusculado en especial en el caso de las asignaciones masculinas, buscando semejanza con la idea de los "dioses" remanente en el imaginario colectivo.

Esta serie de imágenes inicialmente fueron construidas a partir de las composiciones de artistas "genio" como Caravaggio o Velázquez, suplantando los espacios idílicos y los personajes mitológicos retratados por otros respondiendo a los contextos que habité entre 2018 y 2020: parques públicos en los que se celebran frecuentemente botellones, la casa del pueblo de mis abuelos maternos, la salita de descanso de un trabajo que me hacía sumamente infeliz, la fachada de una discoteca gay famosa en Madrid y elementos clave de mi habitación, amigues que no están pero en su momento estuvieron y que fueron fundamentales durante una época de mi vida. 

Finalmente, esta serie está conformada por tres imágenes que parten de referencias en cuanto a composiciones y figuras humanas de cuadros clásicos reproducidos por pintores considerados genios, mientras que las otras tres son reproducciones al óleo de imágenes tomadas de fiesta, siendo notables las diferencias entre ambas tipologías y a la par siendo las dos representaciones distintas de reuniones sociales y ritos interpelados por el alcohol.

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